La nueva temporada de 24

Tenemos ya en internet desde hace unos días el trailer de la nueva temporada de 24 y, si soy sincero, esta es la primera temporada que no estoy ansioso por ver.

Para empezar tenemos a Wayne Palmer como presidente de los EEUU, algo que me cuesta mucho creer, y a los árabes como villanos ¡otra vez!
Por otro lado, con el paso de las temporadas, los planes de los villanos se han ido haciendo más grandes, el ritmo se ha ido haciendo más y más frenético, las apuestas más altas y los golpes de efecto más aleatorios. Todo lo cual ha hecho a la serie más y más popular, atrayendo a más público y haciendo que a la mayoría de la audiencia le guste más que nunca.
Sin embargo, y aunque disfruto del subidón de adrenalina que representa el "nuevo" 24, echo de menos el "viejo" 24, que igualmente me provocaba subidones, pero usaba momentos de tensión contenida para espaciarlos. Estos momentos de "calma" se han visto desplazados para dar ccabida a unos villanos cada vez más malvados, ambiciosos y con mayores medios.

En la primera temorada, al fin y al cabo, no eran más que un puñado de ex-militares con dos objetivos en mente y mucha pasta para contratar mano de obra externa (Ira Gaines, que tenía su propio equipo y contactos, un par de asesinos a sueldo y una pequeña unidad de mercenarios).
En la segunda, la gran amenaza terrorista eran tres tíos en una furgoneta. Sí, tenían un par de jefes, y habían organizado una distracción para la UAT a través de terceros, pero eso era todo.
Le daba cierta sensación de plausibilidad, era más fácil entrar en la "suspensión de la incredulidad"

Desde entonces, y viendo que necesitaban más y más gente para que Jack les pegara un tiro, los villanos han tenido más y más recursos a su disposición, llegando a rozar el ridículo en la cuarta temporada, en la que parecía que la mitad de oriente medio estaba en Los Angeles y metida en el ajo.

Esta quinta han dado un paso atrás en ese aspecto, y el comando checheno (ya, ya sé que no se especificaba, pero eran ellos ¿no?) no era tan grande, y los villanos se repartían en varias facciones, al estilo de la segunda temporada, ayudando a mantener el tamaño de cada una por debajo de la exageración desaforada. Y es que es mucho más creíble que cuatro tíos que hablan por teléfono desde una habitación cerrada controlen presidentes, que el que una célula terrorista tenga 200 miembros.

Lo he dicho antes y lo volveré a decir, las dos primeras son mis favoritas, la tercera la que menos me gusta, y a partir de ahí cada una es mejor que la inmediatamente anterior.
No sé por qué es. Quizá porque al principio se tomaban más en serio (dentro de lo posible) lo del tiempo real. Quizá porque incluso personajes que no aparecieron más que un par de episodios (Yussuf Auda, Wallace, DeSalvo, el imán, la patrullera,...) me parecían memorables. Quizá porque la pregunta era "¿Qué está pasando?" en vez de "¿Qué va a pasar ahora?", algo que han recuperado en esta quinta. Sea lo que sea, espero que vuelva.

Entretanto veré la sexta. ¿Por qué? Si ya no me gusta tanto, si lo de Wayne me parece ridículo, si vuelven a ser árabes con grandes conspiraciones,... ¿Por qué voy a verlo? Porque no sería extraño que empezara haciendo zig y pasara a hacer zag tras unos pocos episodios y dejara en paz a los árabes.

Y porque sigo disfrutando del subidón.